¿Cómo lograr el éxito con metodologías Agile?
September 05, 2019
Los principios y valores Agile están generando buenos resultados en diversas industrias pero ¿Cuál es la causa? ¿En qué entornos esta metodología es aplicable?
A pesar de que actualmente el término “agile” se aplica para cualquier forma de trabajo que suponga un cambio con respecto a los métodos tradicionales, no significa que se estén siguiendo los principios propuestos por esta metodología.
Por tanto, los resultados esperados no serán siempre positivos. Para ello es preciso analizar previamente en qué consiste este conjunto de prácticas que están revolucionando las industrias y las situaciones en las que debe aplicarse para conseguir los resultados deseados.
Las metodologías agile surgieron de los grupos de ingeniería de software a finales de los 90s cuando los equipos de desarrollo percibieron que los proyectos tenían carencias relevantes:
El manifestó Agile, redactado en enero del 2001 estableció los valores y principios que han guiado a muchos equipos de trabajo. Estos principios han sido un cambio de paradigma:
Los problemas de la industria del software se han dado en otros sectores. De ahí que el mindset agile y la forma de trabajar de las metodologías agile se haya propagado.
Aunque la compañías realizan grandes esfuerzos para adoptar esta metodología, la realidad es que son pocas las que llegan a implantar a largo plazo esta forma de trabajo. Para conseguir que estas nuevas rutinas perduren a largo plazo en las compañías, se deben conocer los pilares que conforman esta metodología:
La gestión tradicional de proyectos aplica cuando el alcance es claro y los equipos tienen unos criterios explícitos de lo que tienen que desarrollar.
Sin embargo, a día de hoy, cada vez es más frecuente que en los entornos se produzcan cambios y se den situaciones que no estaban contempladas, obligando a los equipos a gestionar con autonomía nuevas situaciones para cumplir los objetivos. Las metodologías agile ayudan a priorizar el trabajo según su valor.
Mediante la gestión tradicional de los proyectos, la incertidumbre que existe a lo largo de su desarrollo, se gestiona mediante la definición de todo el proyecto desde el principio de forma detallada. Sin embargo, aunque se detallen todas las tareas, todo proyecto está expuesto a diferentes factores externos que pueden afectar a variables como tiempos, costes, alcance…
Por tanto, cuando se produce una situación de incertidumbre derivada de un factor no controlable, la gestión tradicional es incapaz de acometer con el éxito esperado las desviaciones producidas.
Las metodologías agile ofrecen modelos que se adaptan mejor a este tipo de circunstancias frente a la gestión tradicional. La capacidad de adaptación que ofrecen este tipo de metodologías, permiten mayor competitividad.
En proyectos donde el alcance no está totalmente definido. Los equipos multidisciplinares y autogestionados que trabajan con unos objetivos y unas prioridades claras, consiguen aportar resultaros antes y de más valor a los clientes.
La coexistencia de ambas formas de gestión es no sólo posible, sino cada vez más común en los modelos llamados bi-modales.
Hay muchas metodologías englobadas dentro de lo que se conoce como Agile: Scrum, Extremme Programmig (XP), Test Driven Development… y otras heredadas de los entornos de fabricación, como Kanban, Lean Development...
El uso de unas u otras depende de la naturaleza del producto/proyecto. Es decir, no es conveniente aplicar una metodología concreta para todos los proyectos, de diferentes ámbitos, que se ejecutan en una compañía.
A su vez, existen otros factores que pueden influir en la adopción de una metodología u otra, principalmente relacionada con el equipo, las personas y la cultura.
Sin embargo, el éxito de los proyectos se basa en respetar los valores y principios definidos en el manifiesto:
Para conseguir los resultados que proporcionan las metodologías Agiles es preciso interiorizar aspectos clave relacionados con su implantación, así como modificar rutinas de trabajo tradicionales que producen multitud de retrasos, incremento de costes e implicación de personas ajenas.
En resumen, para lograr que las metodologías ágiles formen parte del día a día de los integrantes de una compañía y dicha situación se establezca a largo plazo, se debe tener en cuenta diversos factores. En primer lugar, es preciso elegir la metodología que mejor encaje con el tipo de trabajo o tarea: repetitivo, predecible, tradicional, incertidumbre... Posteriormente se debe seguir con disciplina los principios y pilares que caracterizan al Agile.
Para ello en muchos casos, es necesario contar con especialistas en este ámbito. Es necesario un proceso de transformación y aprendizaje en las personas que no se produce de forma instantánea. El cambio incluye:
En algunos casos, estas prácticas caen en desuso por la falta de directrices para adoptar nuevas formas de trabajo y rutinas, aunque suponga un ahorro de tiempo y mayor tasa éxito.
Por ello es preciso, elaborar diferentes planes de contingencia para los casos en los que existan desviaciones.
Agile será adquirido cuando:
Las personas + el management + la cultura + herramientas + governance hacen posible alcanzar el éxito.